Cuando nos adentramos en el extenso campo de la medicina, vemos que evolutivamente se han desarrollado otras técnicas que incluso son, por miles de años, más antiguas que la medicina tradicional occidental (acupuntura, medicina ayurvédica, medicina tradicional china y muchas otras medicinas naturales).

No podemos dejar de reconocer que hay procedimientos de la bioenergética -en adelante Medicina Integradora- que han logrado atenuar y curar enfermedades que la medicina tradicional occidental ha catalogado como incurables y acompañadas de un decreto fatídico para los padecientes: “Acostúmbrese a vivir con el dolor y la enfermedad”.

La agresividad del medio ambiente donde vive una parte importante de la población mundial, hace que valoremos nuevas estrategias como la de aplicar una medicina integracionista que significa la integración con lo natural y la bioenergética, con el solo objetivo de lograr los mejores resultados en la atención de los padecientes siguiendo el viejo proverbio de que “hay enfermos y no enfermedades”.

Considero que los médicos y todo el personal que presta servicios de salud, en este nuevo milenio, deben estar abiertos al conocimiento de todas las posibilidades terapéuticas.

La neurociencia, con carácter científico, clínico y humanitario, aporta un pilar fundamental en la medicina integracionista del nuevo milenio.

docSERsol